De la mano de Ana

Porque SI, desde hace ya unos cuantos meses me agarro de la mano de Ana más fuertemente. Antes, aunque me veía mal, intentaba seguir comiendo "normalmente" y hacer ejercicio, pero nunca lo conseguía, ya fuese por vaguez o porque las dietas eran demasiado complicadas para una chica de mi edad.

La primera vez que conocí a Ana fue hace un año, navegando por internet, aunque yo sabía quien era ella y ella sabía quien era yo. Pero demasiados errores se me escaparon, sin experiencia y con la absurda idea de que mi familia no se daría cuenta, empecé a bajar la cantidad de comida que ingería. Inevitablemente mi madre fue la que se dio cuenta. Mi hermano me vigilaba y mi padre... él simplemente o lo ignoró o venía muy cansado para darse cuenta o hacer caso a mi madre. Hasta que un día mi madre me lo contó todo, que ella lo sabía y me dio un buen sermón. Mientras me chillaba me decía cosas como: ¿Tú eres tonta o qué? ¡Si eres tan imbécil para querer adelgazar así y morirte es cosa tuya! Etcetera. Esos comentarios calaron ondo en mi alma y me alejaron de la compañia de Ana hasta hace unos meses. Ahora, ya con más experiencia y con más cabeza, sigo sus consejos. Pero hay algo en mi mente que me impide ser completamente su amiga. Sí, es el miedo, el miedo y el temor de saber las consecuencias de ser anorexica. ¡Por supuesto que yo no quiero serlo! Tengo todo el tiempo en mi mente que yo controlo la situación, pero esa idea se nubla con otra de que perderé el control cuando menos me lo espere.

Sea como sea, ya llevo 1 mes en serio con Ana y he perdido casi 3 kilos. Es demasiado poco, ¡lo sé! Pero poco a poco Ana me va cogiendo la mano con más fuerza...